Las personas a menudo eligen tener un ataúd abierto por razones religiosas. Por ejemplo, es mucho más común ver un ataúd abierto en un funeral católico. Pero también te permite despedirte de la persona que perdiste. La mayoría de las personas no tienen la oportunidad de hacer esto, especialmente si su ser querido murió inesperadamente.
El cuerpo será embalsamado y vestido de manera que presente una apariencia real. Es un momento abrumador, por lo que debe prepararse para ello.
Ofrecemos cercanía, empatía y cariño, tal y como nos demandan
nuestros clientes cuando se despide a un ser querido.
Si los niños van a asistir a un funeral, ver a alguien que realmente les importa y aman puede ser increíblemente difícil. Por lo tanto, a pesar de estar en presencia de un ataúd abierto, siempre se puede solicitar cerrarlo temporalmente, será la mejor opción. A los niños y las personas muy emocionales siempre les resultará agotador y difícil soportar la visión del difunto. Mantener el ataúd cerrado es la opción más inteligente en tales situaciones.
Ver al difunto rara vez es fácil o cómodo, especialmente si estabas cerca. Si no sabes cómo vas a reaccionar, es una buena idea pedirle a alguien de la familia o a un amigo que te apoye emocionalmente. Cada doliente tiene su forma única de presentar sus respetos a los muertos, y la gente te entenderá cuando no puedas ver al difunto en el ataúd fúnebre abierto.
Organizar un entierro tras la pérdida de un ser querido es un proceso desafiante. Es fundamental obtener el Certificado Médico de Defunción y consultar un testamento, además de decidir entre cremación o entierro. Con la preparación adecuada, se puede rendir un homenaje significativo que ofrezca consuelo a los dolientes.
Cuando perdemos a un ser querido, encontrar las palabras adecuadas puede ayudarnos a sanar y a despedirnos con amor. Unas pocas frases significativas permiten honrar su memoria de manera sincera y conmovedora.
El duelo anticipado es un proceso emocional que surge al prepararnos para la pérdida inevitable de un ser querido. Aunque doloroso, ofrece la oportunidad de cerrar ciclos, sanar heridas y despedirse con amor. Este tipo de duelo permite tanto a la persona que parte como a sus seres queridos encontrar consuelo y paz antes del adiós final.
